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AC/DC, alto voltage

 

Hubo una época en la que nuestro mundo se diferenciaba entre aquellos que escribían una y otra vez el logotipo de AC/DC en sus carpetas de apuntes y en cualquier superficie a su alcance, y los que pensaban que aquellas siglas era lo que aparecía escrito detrás de los electrodomésticos. Fue una época en la que había algunos que siempre llevaban una chapa, en la que un rayo brillaba entre cuatro letras, mientras que otros la miraban irónicos preguntándose qué significaba esa “medalla”.

Pero hace ya tiempo que AC/DC son grandes por los conciertos que ofrecen y por darles a su público lo que éste les demanda. El primer paso es acudir, pagando una cifra astronómica, a un concierto “en el que hay que estar”. El segundo, asistir al espectáculo esperando los momentos “cumbre”: el comienzo tras un vídeo de impacto, el solo de un guitarrista enloquecido, la comunión cantando una canción conocida… Rito de iniciación que permite pertenecer al grupo, aun a costa de mutar en una especie de árbol de navidad humano con cuernos de luces titilantes. Para poder decir “Estuve en un concierto de AC/DC”.

No hay palabras suficientes para definir a AC/DC. La banda australiana ha añadido temas como „Hells Bells“, „Highway To Hell“ y „For Those About To Rock“ a la historia musical. 15 álbumes de estudio y bastantes directos hablan por si mismos. Tras la trágica muerte de Bon Scott la banda resurgió de sus cenizas y ahora ya es indestructible. Incluso hoy en día no pueden subir mas alto, llenan los estadios, y crean álbumes perfectos llenos de un rock majestuoso. Algo fácil para ellos, ya que lo llevan en la sangre. AC/DC han llegado ya al nivel de culto viviente. El corazón late más rápido con AC/DC, solo queda gritar: “Let There Be Rock” !