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Día de la mujer. Todos los días son 8 de Marzo

Todos los días podrían ser el Día de la Mujer

letra_un año más, llega el 8 de marzo vestido de color lila reivindicativo, de miles de mujeres que necesitábamos gritar a pleno pulmón nuestros derechos, que exibíamos pancartas y chapas con lemas feministas para todos los gustos y colores… teníamos demasiado que decir y solo unas pocas horas…

Afortunadamente, hemos cambiado. Que no pasemos 364 días en silencio, siendo menospreciadas, silenciadas, infravaloradas, sumisas o sometidas… ha sido fruto de asumir nuestra responsabilidad.
Hace unos años ya, que publicamos un artículo con motivo del Día Internacional de la Mujer, y aprovechando que nos acercamos de nuevo a la fecha y revisándolo, me he dado cuenta de que con el paso del tiempo, y no sé si también de la edad, estos mensajes que en su día me parecían inspiradores y reivindicativos, hoy se me quedan cortos y superados.
Compartiéndolo con amigas y compañeras coincidimos en que, aunque todavía no hayamos conseguido lo que justamente nos corresponde, (algunas ni tan siquiera en su propio hogar), ni tampoco caminemos todavía con la misma seguridad que un hombre por la noche, sí es cierto que muchas cosas han cambiado a mejor.
Y sorpresivamente, la diferencia nació de dentro, cuando nos dimos cuenta de que debíamos dejar de pedir y empezar a darnos. Esta ha sido nuestra nueva y auténtica revolución.
Me gustaría celebrar con vosotras este cambio, y para ello, para poder confirmar los pasos que hemos dado, se me ha ocurrido una idea: añadir al final de las hermosas palabras de Amanecer Cautiva del Amor © del anterior artículo, una revisión que constate que estos años de desarrollo no han pasado en balde.

No soy tan ingenua ni insensible como para pensar que todas partimos o estamos en el mismo punto, hay realidades extremadamente vergonzosas que no podemos obviar, pero “la Ley de flotación no se descubrió observando los objetos que se hundían, sino los que flotaban”, así que es coherente que las que estamos en una situación más privilegiada, compartamos cómo lo vivimos ahora.

En esta sociedad de la que formamos parte, ha habido una cierta tendencia morbosa al dramatismo: se nos aplaudía por nuestro sacrificio, se nos mostraba en publicidad, cine y medios de comunicación como madres corajes que lo soportábamos todo, esposas comprensivas, trabajadoras minusvaloradas que esperaban ser reconocidas y que creían que algún día serían rescatadas o liberadas.
Pero corren otros tiempos. Hemos trascendido el enfadarnos, frustrarnos, paralizarnos ante el miedo, aguantar los golpes, quejarnos y compadecernos… porque hemos pasado del “pedir y exigir puntualmente“ al “darnos a nosotras mismas a diario”
Con cada acto cotidiano nos reivindicamos. Hemos aprendido a no sentirnos víctimas y dejado de negociar con nuestro sacrificio porque hemos descubierto que la clave está en predicar con el ejemplo, en tratarnos con el mismo respeto con el que esperamos ser tratadas.
Así, si trataban de mantenernos en la sombra en nuestros puestos de trabajo, aprendimos a presentarnos nosotras mismas; si nos levantaban la voz, les enseñábamos a hablarnos, si nos sentíamos humilladas, a poner límites, si sufríamos acoso, a hacerlo público, si no podíamos más, a pararnos y pedir ayuda…
Se acabaron los días en los que nos tragamos el cuento de que ceder nos convertía en buenas esposas, hacer horas extras y servir para todo, en empleadas modelo, y satisfacer y sacrificarnos por nuestros hijos, en la madre perfecta.
Descubrimos que si queríamos hacer de verdad algo por nuestra sociedad, nuestros hijos, relaciones, nuestro mundo inmediato… debíamos empezar por nosotras, por ponernos las primeras, atendernos, sostenernos, cubrir nuestras necesidades y darnos voz, dentro y fuera de nosotras.
Y así empezamos, por pequeñas cosas, dedicándonos tiempo cada día, acostumbrando a nuestros hijos a vernos no solo cuidándoles, sino también, cuidándonos; así les enseñamos qué era el amor propio y sembramos la semilla de cómo debían tratar al resto de mujeres.
A nuestras parejas, les hicimos partícipes de que construir nuestros sueños era tan importante como los suyos y que no íbamos a renunciar a ellos… que en un hogar, todo se sumaba, primero, y se divide en partes iguales después; a nuestros compañeros, que nuestra profesionalidad se medía por el mismo rasero que la suya; a nuestros jefes, que la maternidad era un derecho y no un infortunio para la empresa, que llevamos teniendo hijos desde el principio de los tiempos y que, con la buena disposición de todas las partes, la situación se solventaba fácilmente… a nuestras amigas que sus decisiones y las nuestras sobre vestimenta, relaciones sexuales, decisiones de tener o no hijos, de vivir de manera conservadora o liberal eran igual de respetables….

Para terminar, me gustaría, tal como os decía al principio, recoger de nuevo las hermosas palabras de Amanecer Cautiva del Amor ©, publicadas en este blog en el año 2015 y constatar con las nuevas, que en nuestro recorrido, hemos caminado ya algunos pasos.

MUJER, que te olvidas de ti misma y le das al extraño que sufre el consuelo que tú misma necesitas y le confortas el alma.

MUJER que eres madre, que has parido con abnegación y ternura y se lo has entregado a cada hijo salido de tus entrañas y al hijo ajeno que no has parido, pero sientes su dolor cuando este sufre.

MUJER a quien la naturaleza le negó el privilegio de ser madre, y sin embargo pares a cada paso la serenidad, la valentía, la fe y la das a tus semejantes.

MUJER, que te sientes sola, pero le das tu presencia y compañía al solitario.

MUJER que demuestras ser fuerte en medio de tu sudor para darle forma a la debilidad, te transformas en fortaleza y pones forma a tu alma y sacas tu valentía y la transmites en medio de tus temores, porque sabes que nadie puede hablar de coraje si no conoce de miedos.

MUJER que no permites que se aprovechen de lo mejor de ti, aun así tienes la fuerza y la voluntad para dar lo mejor a todos en tu entorno, eres fuerte para aceptar tus errores para no cometerlos en el futuro, pero sabes de los errores de la vida y sabes que son lecciones y aprendes de ellos.

MUJER que no te sientes fuerte para tu jornada sin embargo te levantas con los primeros destellos del día, porque sabes que será la jornada la que te hará fuerte y la llevaras hasta el final.

MUJER de manos fuertes y delicadas, fuertes para defender a los tuyos, delicadas para darle forma a la nada, para luchar contra todo y contra todos, para extraerle el sustento para los tuyos.

MUJER que alzas la mirada para contar las estrellas del firmamento y las aprisionas en tus manos para alumbrar la vereda del caminante y guardas en tu puño el brillo de los mas hermosos luceros para iluminar el camino de los que amas cuando su noche se torne oscura.

MUJER artesana que tallas con tus manos la sonrisa de tus hijos, que enjugas las lagrimas del que sufre y te olvidas de tu propio sufrimiento y buscas incansable en los cuatro puntos cardinales la fuente de la felicidad para los que amas.

mujer-luchadora

Este es tu día mujer, ayer fue tu día y mañana será tu día, mujer con sonrisa de oficina, mujer con mirada de obrera, mujer con voz de indígena, mujer con sudor de labradora, mujer con sabor a cocina e ingredientes de ternura, mujer, mujer, siempre mujer.

A ti mujer que levantas tu estandarte, y le demuestras al mundo que estas, que eres mujer, que eres amor, ternura, que eres mujer fuerte y de fortaleza, déjale saber al mundo que estas, que eres y serás libre.

Levanta la frente, levanta tu nombre, dile al hombre que le amas, pero dile también al hombre que eres igual, que tienes un corazón como el suyo, dile que el sudor de tu frente también tiene sabor a sal, que tu sangre también es roja, que también sabes amar, dile a toda voz que ¡ERES MUJER Y ERES LIBRE!

¡SALUD! Mujer amiga, mujer madre, mujer hermana, novia y esposa.

© Autor: Amanecer cautiva del amor.

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MUJER, asegúrate de procurarte tu misma el apoyo y confort que necesitas, y encuentra en tus palabras tu propio consuelo.
MUJER, sé amable e indulgente contigo cuando te vengan pensamientos de que podías haberlo hecho mejor. Recuérdate que, dadas las circunstancias, lo hiciste lo mejor que pudiste.
MUJER, continúa fertilizando y enriqueciendo cada día la Tierra con tus ideas, sueños, deseos y creatividad.
MUJER, recuerda que, cuando una es capaz de disfrutar en su propia compañía, jamás vuelve a sentirse sola.
MUJER, no temas por parecer sensible porque, en tu capacidad de amar y amarte, reside tu verdadera fortaleza.
MUJER, no olvides tampoco guardar para ti, y sobre todo, perdonarte. Permítete rendirte y matar tus viejos yoes.
MUJER, no temas usar la misma mano que acaricia para golpear la mesa y hacerte oír.
MUJER, cuando dudes, saca de tus sombras y miedos la luz que necesitas. Acuérdate de encontrar tu propia felicidad en ti misma.
Y sobre todo… MUJER, date amor, no dramas.
Un poco de Historia. Desde Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo hasta nuestros días, el Día Internacional de la Mujer conmemora la lucha de las mujeres por su participación dentro de la sociedad.

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